
A partir de este año, 181 activistas y colectivos diversos, que luchan contra la Gordofobia en diferentes países del mundo, decidieron decretar el 4 de marzo como el Día Mundial Contra la Gordofobia para resignificar el anterior llamado «Día Mundial de la Obesidad».
La propuesta nace desde la necesidad de darle otro significado al «Día Contra la Obesidad», que desde siempre patologizó cuerpos, apariencias y talles. Aseguran que el objetivo es buscar la «autonomía corporal, liberación corporal, individual y colectiva».
En el Manifiesto Colectivo explican que la gordofobia es un sistema de opresión, que pone a las personas gordas en una situación de desventaja, injusticia y exclusión porque esa violencia se reproduce de forma sistemática y estructural.
«En nuestras sociedades se viene arrastrando la idea de que comer por placer está mal y quela consecuencia directa de esa anomalía siempre es la gordura (como pasa con la sexualidad no normativa). Del mismo modo, el neoliberalismo dictamina que ‘si quieres, puedes’ y que cada persona es el resultado única y exclusivamente de sus elecciones, obviando el contexto y otros factores», indican.
El manifiesto apunta además a los discursos médicos que posicionan a la gordura corporal como enfermedad y epidemia, que termina en personas que realizan denuncias por diferentes formas de maltrato recibido en consultorios y repudian las formas de discriminación y el bullying relacionado con el peso por parte del personal de salud.

«El discurso médico normalizado legitima la gordura corporal como epidemia con resultado de muerte prematura por diversas enfermedades asociadas (al parecer las personas delgadas no las sufren) y enfoca su atención en la obesidad como un problema de salud pública en el que intervenir. Se pierde de vista pues, la problemática que subyace a la visión de la gordura como enfermedad, segregando nuestras corporalidades y generando categorías descalificadoras. Todo ello puede generar en las personas trastornos del estado del ánimo, principalmente de tipo afectivo y depresivo, así como, ansiedad generalizada, que se potencian a partir de un sistema que discrimina, victimiza y rechaza de pleno los cuerpos considerados gordos. Así pues, reivindicamos que:
●Las personas gordas no le debemos salud a nadie.
●La obesidad no es una enfermedad, muy al contrario de lo que nos repiten día tras día por diferentes medios de comunicación.
●La Organización Mundial de la Salud (OMS) no considera la obesidad unaenfermedad, sino un posible factor de riesgo para algunas enfermedades.
●Sabemos que todas las personas pueden mejorar su estado de salud sin necesidad de perder peso.
●Perder peso no garantiza salud, en ocasiones es todo lo contrario; y hasta conlleva serios efectos secundarios.
●Hay muchos factores que determinan la salud, la mayoría no dependen de nosotres,y estos no se pueden medir con parámetros simplistas, ni mucho menos una báscula. La salud no la define el tamaño o el peso de un cuerpo.», afirman en el manifiesto.
Localmente, el INADI se suma a la iniciativa y comparte una serie de materiales producidos desde este organismo que buscan dar un marco y un programa de acción contra la vulneración de los derechos humanos de las personas gordas en nuestro país:
Diversidad corporal, pesocentrismo y discriminación: la gordofobia como fenómeno discriminatorio
Revista INCLUSIVE Corporalidades diversas: de mandatos, narrativas y deconstrucciones