
Erica Fontana, una de las conductoras de Telefé Noticias, nos cuenta cómo está viviendo la pandemia desde su rol de comunicadora.
Erica es periodista y conduce todas las mañanas el primer segmento de Telefé Noticias. En diálogo con Lado H cuenta cómo es salir al aire todos los días en la televisión en medio de la pandemia por el coronavirus, las medidas de seguridad que se toman en el canal, la forma de dar las noticias y su preocupación por los adultos mayores, entre otros temas. “Trato de ser optimista y positiva, en estos momentos desde la comunicación que estamos haciendo tenemos que hacer hincapié en que es un momento difícil, pero que vamos a salir adelante y que todo este sacrificio no es en vano”, expresa.
¿Cómo estás viviendo la cuarentena desde lo personal?
Es un poco difícil porque tengo dos chicos pequeños, de 10 y 4 años, y al vivir en un departamento es muy complejo. Gran parte del día el mayor, por ejemplo, tiene sus actividades escolares, pero hay que estar con él para que las haga porque le cuesta o porque ve la posibilidad de tener ahí a sus papás y se distrae. El tiempo de esparcimiento y de juego hasta hace 20 días atrás era fuera del departamento y mi hijo más grande hace mucha actividad deportiva y está muy acostumbrado a estar en movimiento. Y el chiquito estaba acostumbrado a ir al jardín y a la plaza y es complejo. No es una realidad diferente a la que estamos viviendo millones de argentinos. En mi caso, por ser personal de los medios, yo estoy trabajando y eso me asegura un sueldo que mucha gente hoy no tiene. Miles de personas que se encuentran en una situación crítica. Hacemos lo posible en casa para entretenerlos para que los chicos no lo vivan con angustia. Trato de estar todo el día informada, pero mi marido me dijo que teníamos que apagar la tele y la radio y que tenía que desconectarme por la salud de todos. Efectivamente, lo tuve que hacer. En casa ponemos música y todos los días vemos una película que compartimos en familia.
¿Qué medidas y qué precauciones se están tomando en el canal para evitar los contagios?
En el canal se dividió el ingreso. Hay un caminito pintado con un color que nos delinearon por el que pasamos toda la gente del noticiero y en otro color, separado, se armó un espacio para que ingrese el personal técnico. Por adentro del canal tenemos marcados los mismos caminos. Entonces, si se llegara a identificar a una persona que contrajo la enfermedad es mucho más fácil seguir el recorrido que hizo para ver con quienes pudo haber estado.
Los que entramos a la madrugada venimos en un remís del canal y se han extremado todas las medidas de seguridad. Una o dos personas como máximo por vehículo y toma de temperatura cuando entramos al canal. En el caso de la ropa de los que estamos frente a cámara se nos da un equipo y una vez que nos la sacamos va directo a la tintorería. En otra oportunidad un saco podía quedar para volver a utilizarlo en la semana. Ahora, todo lo que usamos va directamente a la tintorería por una cuestión de protocolo.
Con las compañeras de vestuario antes teníamos un trato mucho más cercano y ahora tenemos una barrera física como distanciamiento. Cuando llega el momento de cambiarse, la ropa la traen al camarín en una percha y prácticamente no tenemos contacto salvo para decirnos cosas indispensables, pero siempre con la distancia de los dos metros que se cuida muchísimo.
¿Cómo es acostumbrarse de un día para el otro a estas medidas sin poder tener un contacto físico con los compañeros de trabajo?
Yo soy muy besuquera y abrazadora y los primeros días me costó mucho el distanciamiento. Es hasta que uno hace el clic. Los primeros días me acercaba y el otro me ponía distancia recordándome que no debía. Ahora ya lo tengo incorporado. Hace un rato acaba de darse una situación muy particular: nuestro compañero Mariano García cumplía años, le hicimos un aplauso y nadie le dio un beso ni le hizo el tirón de orejas. Es cuestión de adaptarse a esta situación.

¿Creés que una vez que se “normalice” la situación se van a seguir manteniendo estas nuevas normas de distanciamiento social sin poder abrazarse ni besarse entre amigos o compañeros de trabajo?
Yo creo que el antes y el después se va a dar sobre todo en cuestiones de higiene. Me parece que el hábito de lavarse frecuentemente las manos y de tener todo limpio va a permanecer por una cuestión de convencimiento general de que haciendo esto podemos evitar otras infecciones y enfermedades.
En lo social creo que vamos a volver de acá a un tiempo a ser afectuosos como somos porque es una cuestión de idiosincrasia social, salvo que haya otra cuestión de enfermedad que nos prohíba hacerlo. Pero nos vamos a volver a abrazar y a darnos besos.
¿Cómo sentís como periodista la responsabilidad social que tenemos siempre los comunicadores sumada a este momento de la pandemia?
Yo siento una presión personal de ser cada vez más meticulosa y correcta con la información y cuidadosa en el sentido de los ánimos que te pueden dar, a veces, los números que tenemos que dar. Cuando brindo el número de víctimas y de infectados trato de tener muy en cuenta el tono en que lo digo. No es lo mismo decir una cifra en un tono tremendista o de catástrofe que decirlo, por ejemplo, “esta es la cifra que nos toca enfrentar”. No es para disfrutarlo de darlo como mala noticia ni agregarle toda esa carga emocional negativa que uno siente. Trabajando en periodismo leés muchísimo más de lo que podés llegar a contar o a compartir por cuestiones obvias.
Yo me considero una persona muy sensible, me cargo emocionalmente de las cosas que leo y aunque uno no quiera te hacés mentalmente la idea de “mirá si eso ocurre acá o cerca tuyo”. Eso me carga de una manera que yo trato de frenar también para después no llevar tanta carga emocional triste al aire.
¿Considerás que es tan necesario e imprescindible que constantemente los medios expresen la cantidad de muertos, de contagiados y de recuperados por coronavirus en todo el mundo?
Yo creo que eso nos pone en referencia general sobre en qué situación estamos y cómo vamos de acuerdo a las medidas que se toman y la forma en que las vamos acatando. Cada medida que se toma depende mucho de cómo se la acata.
Sin embargo, creo que tenemos un gris y es que no sabemos la cantidad de infectados que tenemos porque no se hacen testeos masivos. Hace unos días vino la confirmación por parte del gobierno de la ciudad de Buenos Aires que por cada persona enferma de coronavirus, tenemos otras dos que tienen la enfermedad y que no lo saben, pero pueden estar contagiando. Entonces, cuando decimos 1.500 contagiados, probablemente no sea esa cifra sino el doble o el triple. Y ahí es donde tenemos ésta otra situación: una cosa es tener 65 víctimas fatales de 1.500 contagiados y otra cosa es tener esa misma cifra de muertos entre 3.000 o 4.000 infectados. Esto nos pone en alerta de aquellos que no tenemos censados como contagiados y lo están.
Hasta antes de comenzaran a detectarse los primeros casos Covid 19 en la Argentina, todos los viernes en Telefé Noticias Érica tenía el segmento “He vivido”, donde entrevistaba a adultos mayores que contaban su historia de vida. ¿Cómo vivís este momento con la sensibilidad que tenés hacia los más viejitos?
Lo vivo con preocupación. Yo tengo a mi mamá de 71 años que no está en los 80, pero tengo una preocupación y ocupación a la vez. Ella vive con mi hermana que la cuida mucha. Ojalá todos tuvieran la oportunidad de ser cuidados. Hay muchos abuelos que no tienen quien los cuide, que viven como pueden, que hacen colas para ir al banco. La verdad es que no alcanza lo que se está haciendo con los grupos de voluntarios porque lo que más falta es la contención emocional, la posibilidad de poder hablar con alguien, que los escuchen, que les tengan paciencia. Son todas cosas esenciales que tanto necesitan los adultos mayores.
Por último: ¿Qué mensaje le darías a la gente en medio de la angustia y la preocupación por todo lo que estamos viviendo?
Que sean optimistas y que se ocupen de todo lo posible en relación a las medidas para evitar el contagio. Creo que hasta que no empezamos a tener casos en el país nos parecía que aquello que había ocurrido en otros lugares era como que no nos iba a pasar. Pero nos está pasando y gran parte de que eso no ocurra está en nuestras manos. Una vez que atravesemos esto tan difícil nos vamos a recuperar una vez más, como hemos hecho tantos veces, y nos va a permitir estar con más fuerzas.
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