En el marco de la celebración por el tercer aniversario de la alianza entre Kimberly-Clark y UNICEF enfocada en apoyar el desarrollo de la primera infancia en América Latina y el Caribe, estuvimos en las oficinas de Unicef en una charla que la empresa brindó junto a representantes de la entidad y Miguel Espeche, psicólogo y psicoterapeuta.
Desde 2019, Kimberly-Clark ha ayudado a UNICEF a llegar a cerca de 1.5 millones de niños y niñas, casi 1.2 millones de padres y cuidadores, y 33.000 trabajadores de Desarrollo Infantil Temprano (DPI) en 15 países de la región, entre ellos Argentina.
Según explicaban desde la empresa, el impacto de esta alianza se ve reflejado en la mejora de los servicios de salud y nutrición existentes, el incremento del acceso de niños y niñas a más oportunidades de aprendizaje, y el fortalecimiento de los sistemas de prestación de servicios de primera infancia para que estén más capacitados y cuenten con el equipo necesario para atender sus necesidades. La alianza también ha contribuido al empoderamiento de las familias y la comunidad, así como a intervenir en cambios sociales y de comportamiento en el cuidado de los mismos.

Carolina Tacco, Brand Manager de Huggies, comentó que Kimberly-Clark hizo un aporte de US$7.2 millones a UNICEF para contribuir a las iniciativas relacionadas a la primera infancia en América Latina los cuales se distribuyen según las necesidades de cada territorio. “El propósito de Huggies es similar al de Unicef, buscamos contribuir al bienestar y a la mejora de la calidad de vida de los niños más vulnerables de cada país”, destacaba.
En línea con ello, Olga Isaza, representante adjunta de UNICEF Argentina, planteó: «La primera infancia para un ser humano es definitiva, es determinante para ese momento y para el resto de la vida». Por lo que este tipo de alianzas, «son estratégicas». En este caso, informó que ha permitido disminuir la muerte y enfermedades de los niños y las niñas al poder llegar a esos espacios donde hay bebés prematuros con riesgo de vida. Por otro lado, destacaba la importancia de trabajar en el marco normativo, como el protocolo de la primera hora de vida, la promoción de la equidad de género en el cuidado y la ampliación de las licencias por paternidad.
Al respecto, mencionaba que Ley de los primeros 1000 días es un hito en Argentina en tanto pone el foco en la prevención de la prematurez planteando un protocolo de la primera hora de vida, la importancia del contacto piel a piel, de la lactancia materna, de cortar el cordón en el momento indicado, entre otros aspectos.
Durante sus primeros años de vida, los niños y niñas son especialmente sensibles a los factores de riesgo del entorno, y es también en esta etapa donde las intervenciones de calidad pueden ser más beneficiosas. El período comprendido entre el embarazo y el inicio de la educación escolar brinda una oportunidad decisiva y única de influir en su desarrollo. Por ello, esta alianza con UNICEF ha desempeñado un papel fundamental para que las familias y las comunidades se beneficien de políticas, servicios, y acompañamiento que les permiten proporcionar el mejor comienzo en la vida a sus hijos e hijas. Esto incluye la presencia de los padres también en tanto los niños necesitan criarse con ambos padres por lo que es fundamental promover equidad de género en el cuidado.

Para profundizar en ello, se llevó a cabo un panel moderado por Stefanía Hesses, de Huggies, con el foco puesto en “La nueva paternidad”. Espeche manifestaba, en primer lugar, la importancia de considerar a los niños como una bendición y no como una carga ni como un esfuerzo. “Y la forma de simbolizar eso es esta manera de darles la bienvenida, así como cuidar a los padres y a los cuidadores, nutrir a los agentes de salud”, agregaba el especialista en vínculos. Por eso mismo, «que una empresa hable de abrazos, es fabuloso, es una de las maneras más maravillosas de ejercer el rol parental”.
Por su parte, Isaza planteaba señaló la importancia de ampliar las licencias por paternidad como parte de un sistema de cuidados más equitativo. “En Argentina, los niños y niñas son cuidados prioritariamente por las familias y dentro de ellas especialmente por las mujeres, privándolos de la posibilidad de construir vínculos significativos con sus padres o cuidadores masculinos y generando una carga desproporcionada sobre las mujeres. Contar con un esquema de licencias por paternidad más amplio es un paso fundamental para modificar esta situación y para asegurar que los padres puedan ejercer su derecho y responsabilidad de cuidado, compartir esos primeros momentos junto a los bebés, relacionarse afectuosamente con ellos y generar rutinas de cuidado compartidas”.
Unicef ha generado la Guía “Paternar, Ser y Estar”, que tiene como objetivo la incorporación del varón durante todo el proceso de atención del embarazo, parto y puerperio en los centros de salud, con especial foco en su involucramiento en el cuidado de las niñas y los niños desde el comienzo de la vida, teniendo en cuenta que Argentina es el país de Latinoamérica que menos días de licencia por paternidad tiene, solo dos días.
Para concluir, Espeche traía a la conversación la frase «Para criar un niño hay que tener un pueblo». Después de todo, si el padre no hace y cumple su rol, «se lo pierde», coincidían los oradores.
Un abrazo para cada bebé en números
En total, Kimberly-Clark contribuyó con US$7.2 millones a los programas regionales de UNICEF dirigidos al desarrollo de la primera infancia. Este apoyo financiero fue especialmente relevante durante la pandemia de la COVID-19, facilitando que los profesionales de la salud y la educación prestaran sus servicios mediante modalidades a distancia a numerosas familias, incluidas las que viven en regiones rurales y de difícil acceso.
Los consumidores también han sido parte de este camino, pues con la compra de pañales de la marca Huggies en 2021, contribuyeron para que más de 600.000 niños y niñas tuvieran un mejor comienzo en la vida y apoyaron a sus familias con las herramientas necesarias para brindar un mejor cuidado a sus hijos e hijas.