
La historia de Santo Cielo comenzó a escribirse en 2016 cuando Nadia trabajaba como empleada de una empresa que fabricaba fundas personalizadas para celular. Su tarea era armar un catálogo con imágenes apuntadas al público femenino que poco a poco comenzó a levantar pedidos. Hasta ese momento, la empresa se especializaba en trabajar con las licencias de distintos equipos de fútbol y modelos apuntados al público masculino pero le pidieron a Nadia que, con su impronta, realice una selección de otro tipo de imágenes.
Al ver que su instinto traía nuevas ventas, Nadia habló con su jefe y le pidió permiso para vender las fundas en su círculo, por su cuenta, y para su sorpresa, tuvo más pedidos de los que se hubiese imaginado. Buscando nuevas ilustraciones, conoció el trabajo de la ilustradora Cin Wololo, que tenía un estilo muy particular y a Nadia le encantaba.

«Le comenté a mi jefe que me gustaba mucho el trabajo de Cin Wololo y le sugerí que hablemos con ella para comercializar sus diseños pero él consideró que las ilustraciones eran demasiado femeninas entonces no se concretó por ese lado. Ahí tomé la decisión de contactarla por mi cuenta, hacer el arreglo como una apuesta personal y me fue bárbaro. Ella aceptó porque le gustó que fuésemos dos emprendedoras apostando a un mismo proyecto y la alianza dio sus frutos», comenta Nadia.
Así, un año después de estar trabajando en esta empresa, decidió renunciar a su trabajo y apostar a la creación de fundas personalizadas con una selección de artistas más amplia, con la esperanza de replicar que éxito que había tenido con Wololo.

Desde el inicio Nadia se encargó paso a paso de todo el proceso creativo: la combinación de colores, la elección de los diseños, la gestión de las redes sociales, el marketing, etc.
Poco a poco, su idea se consolidó en un modelo de negocio y Santo Cielo obtuvo un crecimiento sostenido desde 2017.
El volumen de ventas había escalado tanto que las mismas clientas le preguntaban si había posibilidades de revender las fundas por mayor en sus provincias o pueblos, ya que la mayoría de las chicas que le compraban eran del interior y la oferta de modelos de fundas era bastante limitada.
«Ahí pensé en sumar un equipo de gente, tuve que afinar los números para que la propuesta sea atractiva para todos y, lo más importante, quería crear un clima de trabajo agradable para poder trabajar bien con todo el equipo. Publiqué en mis redes que estaba buscando una revendedora por localidad para cuidar mucho las zonas y evitar que se repitan. Así comenzó la aventura, se contactaron muchísimas chicas», comenta Nadia entre sorprendida y emocionada.

Cuenta que lo más satisfactorio es cuando las revendedoras la llaman y le dicen que les está yendo muy bien, que están contentas porque son las únicas en la zona que tienen un producto distinto. Cada revendedora se siente empoderada y puede proyectarse en la posibilidad de sumar no sólo una fuente de trabajo, sino una red de contención ya que Nadia armó con un grupo interno para todas las chicas que trabajan en Santo Cielo en donde comparte consejos para mejorar las ventas, tips sobre cómo armar las redes sociales, provee herramientas de marketing y un entrenamiento completo a cada revendedora que se suma al equipo.
Incluso su ex jefe la contactó porque se quedó sorprendido por cómo había crecido su emprendimiento y se sumó como socio capitalista para invertir y hacer crecer el proyecto a mediano y largo plazo.
Actualmente hay 460 revendedoras en el grupo, de las cuales 120 están activas y el resto se está capacitando para dar sus primeros pasos en la venta.
La modalidad consiste en transmitir capacitaciones en vivo desde Instagram todos los días viernes, ya que la gran mayoría de las revendedoras vive en el interior del país.

Además, debido a la gran convocatoria, Nadia decidió dar talleres presenciales mensuales en donde allí explicará paso a paso cómo iniciarse en el mundo de las ventas y, además, contará con expertas en redes sociales y marketing para que cada asistente pueda llevarse los mejores tips para optimizar sus canales de venta.
«Santo Cielo para mí es una gran sociedad, una gran familia. Les consulto todo, hasta las ofertas! (risas) La idea es que nos vaya bien a todas. Yo me ocupo mucho de que a ellas les vaya bien y yo estoy muy orgullosa de dar una fuente de laburo en donde todas trabajen contentas. Hoy por hoy tengo 120 chicas felices y me llena de emoción haber creado todo desde cero», comenta Nadia.
«Quiero que cualquier mujer que esté pensando en emprender, se tire a la pileta y no dude ni un segundo. Valoro muchísimo el trabajo en relación de dependencia pero si una no está bien en ese trabajo o tiene una profesión pero le surgen inquietudes artísticas que piense que pueda convertirlas en un trabajo, tiene que intentarlo. Si podés hacer llegar tu producto a los demás y creés en tu proyecto, lo podés hacer explotar a full. Argentina es un país lleno de gente creativa, sinceramente creo que nadie se tiene que quedar con las ganas de intentarlo».

«Cuando miro desde arriba y digo <wow mirá a donde llegué!>, arranqué solita en la cocina de mi casa con una computadora chiquita eligiendo imágenes y hoy estoy manejando un equipo de laburo. Mi consejo es capacitate, sorprendete, nunca dejes de aprender y tirate de cabeza a la pileta.Instagram: https://www.instagram.com/SantoCieloOficial/Facebook: https://www.facebook.com/SantoCieloOficial/